La verdad es que no hay nada tan satisfactorio como hacer el nidito en el que acoger al nuevo miembro de la familia. Este es un momento de alegría y esperanza, aunque esta vez la alegría viene por partida doble: ¡gemelos!. Para poder recibirles con el entusiasmo y las necesidades básicas cubiertas, en este caso prepararon una habitación que había disponible que no era muy grande, pero suficiente para los bebés, al menos hasta que que empiecen el cole.
Antiguamente había una cama para invitados y poco más, lo habitual de un dormitorio que apenas se usa. Sacaron todo, la cama, el mueble auxiliar, los visillos y la lámpara y eligió un coordinado en beige, papel de rayas en la parte baja y pintura lisa en la parte alta. Ambas uniones se han terminado con una moldura lisa en blanco, para rematar mejor el acabado del papel. Estos tonos dan sensación de calidez y de orden. La ventana se ha vestido con un estor rayado con plumeti, que hace todavía más dulce el dormitorio. Una habitación tranquila que ayuda al descanso y a disfrutar de los primeros años de los bebés.
La decoración del dormitorio se ha completado con las cunas en blanco y madera y un vestidor que a su vez es mueble de cajones para tener todo lo necesario para los niños. Una alfombra de fibra, dos estantes y una lámpara muy alegre terminan de vestir la habitación, y en la pared, se han colocado unas siluetas de dibujos que animan pero que no cansan.
Felicidades a los nuevos papás y que disfrutéis mucho de los bebés en su nueva habitación.