La idea era convertir un aseo en un baño de uso diario. En este caso nos encontramos con un adosado que tenía en la planta baja un aseo, suficiente como tal, pero se plantearon los dueños ampliarlo debido al continuo uso que hacían de él. Al mismo se aprovechó la pequeña terraza de entrada de la vivienda que solo servía para guardar trastos.
Para ello hubo que tirar el muro de separación y prescindir de la terraza, aunque el espacio para guardar se solucionó realizando a la entrada de la vivienda, un armario empotrado que recogió todo lo que había que guardar. Además, dentro del armario se dejó un hueco para poner los abrigos de las visitas. La reforma ha conseguido tener un baño completo, espacioso y renovado en materiales y decoración. Al mismo tiempo se han aprovechado los espacios muertos que suponía una terraza a la entrada semicerrada, que no pertenecía al jardín ni a la vivienda por lo que su uso quedaba muy limitado.