Estamos muy acostumbrados a cambiar nuestra imagen personal y cada vez que oímos esta frase la relacionamos con el pelo, el vestido o cualquier otro aspecto corporal. La realidad es que hay muchos cambios de imagen y uno de ellos es el que realizó esta clienta en su vivienda.
Se deshizo de todos los muebles que había ido adquiriendo en Ikea y sitios parecidos y decidió dar un poco de color a las paredes. Estas dejaron de ser blancas y se sustituyeron por tonos grises, en mayor o menor medida según la localización, y para la mayor parte de las estancias compró un nuevo mobiliario.
El salón es lo que vemos aquí, aparecen mezclados el acero y cristal de la mesa y la lámpara, con las modernas sillas de madera tratada y lacadas en blanco. Todo ello se combina con unos muebles en roble cepillado que hacen destacar al gran sofá, en tela nobuck color rojo. Como la luz que entra es muy fuerte las cortinas son unos visillos en gris oscuro con una trama en el tejido muy abierta. Dejan pasar la luz, pero protegen de los fuertes rayos de sol que en veranos inciden directamente en esta pieza de la casa.
El resultado del conjunto es excelente, dinámico, alegre, moderno y sobre todo, muy cómodo para poder disfrutarlo a diario.