Llegó el verano

Sabéis que cada cierto tiempo me gusta cambiar el aspecto de la tienda. Cada renovación externa del centro de trabajo me produce una renovación interna en mi pensamiento, mi actitud hacia la vida y recibo nuevas energías para afrontar el futuro.

Tras pensarlo mucho, me he decidido por el color turquesa que ahora está muy de moda. Es un tono con muchas ventajas porque es alegre y sube el ánimo, aunque al mismo tiempo aporta serenidad y confianza. Mi interés por este color consistía en dar un poco de contraste a una parte de la tienda para destacar algún producto en particular. Para ello he colocado delante un sofá clásico en blanco roto y sobre él un cabecero de arabescos consiguiendo así crear un nuevo espacio que rompe con el resto de la decoración.

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