El diseño de cada espacio es un proceso global. Se hace un estudio tanto de lo que conservamos como de lo que desechamos llegando a la mejor solución y asesorando al cliente en todo el proceso.
Cada vivienda, cada centro de trabajo tiene una personalidad que define a sus ocupantes. En el diseño de tu nuevo espacio siempre contamos con el carácter y las necesidades de las personas que van a utilizar ese espacio. Lo deben hacer suyo para que les resulte eficaz y cómodo, y eso, solo puede conseguirse cuando hay una gran comunicación entre cliente y decorador.
Como en las reformas, la comunicación entre ambas partes comienza en la primera visita. En esta visita me acerco yo al inmueble para decidir junto con el cliente los cambios a realizar. Estos cambios pueden consistir en grandes reformas o en simples lavados de cara, todo depende de cada situación y de tu presupuesto. A veces sólo hay que cambiar algunos muebles, otras es preferible cambiar la pintura añadiendo un papel o un color diferente, y otras hay que partir de cero y renovarlo todo, pero siempre se consigue el objetivo. En cada caso decidimos juntos cuál es la opción más acertada.